En mares de pasión, bajo un cielo infinito,
Se alza este velero, orgulloso y fiero,
Sus velas henchidas de promesas, un mito,
Surcando olas de amor verdadero.
Libre como el viento que besa la espuma,
Fuerte como el roble del que fue tallado,
El amor navega, disipando la bruma,
Desafiando tormentas, nunca encadenado.
Sus amarras son lazos de confianza pura,
Su brújula, el latir de corazones sinceros,
En su proa, grabada con férrea bravura,
La libertad que nos une siempre compañeros.
Cual gaviota que planea por sobre las olas,
El amor se eleva, sin jaulas ni ataduras,
Dos almas entrelazadas, ya nunca mas solas,
Explorando juntas nuevas aventuras.
El timón firme en manos enlazadas,
Guía al navío por mares desconocidos,
Sorteando arrecifes de dudas pasadas,
Hacia horizontes de sueños compartidos.
Y cuando la tormenta azota inclemente,
El velero del amor se yergue altivo,
Pues sabe que su fuerza más potente
Reside en el vínculo, libre y vivo.
Así navega el Amor, cual nave intrépida,
Por océanos de tiempo, sin final ni inicio,
Su libertad, como el mar, vasta y espléndida,
Su unión, el más preciado sacrificio.
Que sigan las velas hinchadas de pasión,
Y el casco hendiendo las aguas del destino,
Pues en la libertad halla el amor su razón,
Y en el amor, la libertad encuentra su camino.
(inspirado en Un velero llamado Libertad, de José Luis Perales )