—
¡Qué cara! ¿Qué pasó?
—
Y si, sabemos que es eso, pero tenía que pasar, no tenía arreglo.
—
Ni teníamos más chance.
—
Pero bueno, media pila, tampoco es para estar así.
—
…aunque sí, nos sentimos así y no hay mucho que decir al respecto
—
Vamos, no podes poner esa cara, campeón. ¡Recién empieza el año!
—
No, no es consuelo, es un año más, un día más, o un mes más, y encima es verano, que
mal estar así en verano…
—
Porque en invierno se banca mejor, uno no tiene tantas ganas de salir,
no da para moverse de casa, una peli y listo. Pero verano…
— ¿Qué van, una, dos veces, tres ya? La anterior fue primavera, esa fue mortal.
—
Pero salimos, salimos de esa y ahora entendemos las cosas mucho mejor,
nos entendemos más que antes, lo que hace falta, lo que necesitamos.
—
Y el día tampoco fue tan malo, no hubo grandes éxitos pero una charla de
amigos para empezar a solucionar un problema, o no solucionar, pero ya dimos el primer paso, un llamado que postergábamos hacer,
de a poco algunas cosas, chicas, se encaminan. Y dejamos espacio en la cabeza
para pensar en las grandes. O no pensar, y hacer.
—
¡Pero pensar en positivo, eh! No con esa expresión, no con esa
tristeza… Dale, lávate la cara que te
preparo unos fideos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario