Cada mujer es todas las mujeres.
En cada una se esconden partes de todas las demás.
Por eso, cuando un autor, artista, escultor, pintor, describe a una mujer, una heroína, una diosa, la vemos muchas veces como una mujer que conocemos. La mujer. La mujer de nuestros sueños.
Porque cada mujer es completa y a la vez parte de todas. Y los hombres soñamos los mismos sueños, con cada mujer, que nos es única.
Y siempre es ella.
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