Hoy vamos a contarles sobre un animal muy conocido en el brazo más exterior de la galaxia, sobre el cual incluso se ha creado una importante iglesia. Nos referimos por supuesto al Axcoalt, en idioma Rivu, idioma único de su planeta de origen, o más conocido como El Lagarto del Infierno que lo describe si imaginan un lagarto purpura, aunque del tamaño de una zarigüeya, dos colas divididas una sobre la otra, cuatro patas y si bien no vuela muy alto, revolotea de forma simpática con sus dos afinados pares de alas parecidas a las de un colibrí.
¿Por qué se ha creado una religión en torno de este ser? Bueno, es más sencillo de explicar esto que por qué lo llaman lagarto. Y tiene mucho que ver con que pese a que es una criatura que se alimenta de insectos y pequeñas aves —que en todo caso es bastante inofensivo—, le pongan el apelativo ‘del Infierno’, sí, la mayúscula no es casual. Los nativos conocieron pronto este animal ya que es muy fácil de cazar, se acerca curioso a cualquiera, es fácil tomarlo con una mano y así se hace palpable la secreción oleosa que impregna su piel.
Los nativos pronto descubrieron sus efectos, siendo una broma común el acercarle uno de estos sorprendentes saurios a las personas que llegaban desde las estrellas como una especie de chanza o de prueba. Los Rivu no eran una sociedad espacial, sino que eran una sociedad muy primitiva y tribal, muy pacífica. Algunos biólogos, a la sustancia que rodea el cuerpo del animal, le otorgan efectos alucinógenos aunque no se reconoce en ella ninguna toxina conocida. Otros ven en sus efectos una respuesta mística, y a partir de esto se creó una iglesia, derivada de extractos de la antigua religión católica, ya que quienes tocan la sustancia declaran (cuando se recuperan del desmayo) haber visto imágenes de sí mismos entre arabescos de color rojo —o más sencillamente llamas—, en situaciones de dolor. Sienten una gran desesperanza, y abren los ojos entre lágrimas de profunda tristeza. También ven imágenes de su pasado: momentos de miedo, culpa, odio. Y algunos ven imágenes de sí mismos con más edad que la actual, también en situaciones que presuponen una conducta malvada o culpable. O de profundo dolor: muertes, pérdidas. La gran mayoría recuerda que estas imágenes están enmarcadas en un audible rugido, otras un rumor de agua, otros el propio crepitar del fuego.
Claramente a lo que se dedicó más tiempo de estudio además del análisis biológico de la secreción fue a la veracidad de las imágenes que algunos llaman ‘futuras’. Con el tiempo se demostró que muchas resultaron ser ciertas, como si se tratara de precognición. Esto produjo que a la sustancia oleosa la llamaran ‘precognitina’, aunque no se realizaron ensayos de probada rigurosidad científica de si los efectos efectivamente eran precognitivos. Es que la Fe no requiere de ciencia, y antes de llegar las primeras teorías e hipótesis, ya existía una nueva rama de la religión que tenía a este animalito como una especie de ángel mensajero.
Esta iglesia, o doctrina, informaba a sus fieles que el animal era en realidad un ser divino enviado para hacer visibles nuestros pecados y arrepentirnos, aunque algunos más ortodoxos en la doctrina sermoneaban que las imágenes entre llamas es el destino funesto de la persona. Esta nueva iglesia o denominación del catolicismo rápidamente incorporó elementos y prácticas como el bautizarse con el óleo secretado (sólo en humanoides mayores de 25 años) haciendo de este un momento trascendente en la vida de muchas personas. Pronto su práctica se extendió en numerosos planetas cercanos, y los Axcoalt fueron exportados y recibieron su nombre más ordinario de lagartos del infierno.
Hay muchas teorías sobre los efectos: alucinaciones, precognición, algunos pregonaron que eran dejà vús. Entre ciertos científicos que conocen tanto la física como la biología nació la teoría de que la sustancia permite saltar entre realidades a una dimensión paralela en la que podemos ver nuestros doppelgangers dimensionales en diferentes momentos de su vida, pero que no se corresponden con nuestra existencia en este plano. Otros se refieren a las visiones futuras como profecías autocumplidas.
Mientras la biología duda e investiga, la iglesia sigue creciendo. Ven en las imágenes una visión de un futuro infierno para las almas perdidas.
Muchas personas ya experimentaron el contacto, casi todas con las consecuencias relatadas. Pero un grupo muy pequeño no experimenta ninguna reacción o experiencia al tocar al Axcoalt. Permanecen lúcidos y en silencio. Acaso se les sorprenda un fugaz brillo en los ojos, y una sonrisa.
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