martes, 4 de junio de 2019

Per aspera




Cerrás los ojos y no ves, la luz no está.
Y al abrirlos en vez de brillar se oculta, se apaga
Hay días de pérdida, de tristeza, de oscuridad. Momentos escasos de luz, de risa.
En el cielo nublado no se alcanza a ver las estrellas, no hay una guía.
El camino desaparece, no hay un destino, la ruta se hace gris y amarga.
Un faro que guíe mi destino, que la voluntad no falle.
El mar son nubes reflejadas que ocultan olas y brillo de estrellas, estelas cubiertas de espuma que esconden anhelos y esperanzas, la fuerza de avanzar se agota.
Las piedras en el camino son montañas, un abismo sin fondo ni salida, las ganas perecen entre lágrimas. Caemos de rodillas, en un desierto vacío de sonrisas.
Y nos ponemos de pie.
Miramos adelante, de frente a la nada.
Y volvemos a ponernos en marcha.


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