miércoles, 31 de octubre de 2018

Drunk



Arroja la botella ahora vacía que estalla contra la pared en un millón de estrellas verdes diminutas.
Tropieza, tambalea y hunde su cara ebria de vino y de dolor en una miríada de vidrios.
Amanece el domingo en Flores.






lunes, 22 de octubre de 2018

El patio de recreo



El miedo no lo dejaba llorar, esconderse o rendirse.
El miedo lo empujaba a salir, como a otros el valor; tan áspero el temor, tan doloroso.
Los tres lo esperaban afuera, una vez más y como siempre. Gigantes con risas de puño.
Y detrás, ella, que lo miraba con ojos de desilusión y pena.
El miedo en ella lo empujó a medirse con el ogro de la clase, el que siempre les pegaba. Estirar el brazo y alcanzar el mentón que estaba cinco centímetros por encima de su altura para tumbarlo de un sonoro uppercut en el medio del patio, y ganarse la amonestación y los aplausos.

viernes, 19 de octubre de 2018

Fede





05/10
Otro día de mierda en el colegio, mis compañeros son tan infantiles y estúpidos.

Llego a casa y me recibe el perpetuo grito de mamá, una sucesión de reproches que no me interesa escuchar, nada de lo que dice me importa o tiene el menor sentido, vive en el pasado, no entiende nada.

Me encierro en mi habitación y me persigue con sus quejas que quedan del otro lado de la puerta, me pongo los auriculares y la hago desaparecer. En el teléfono tengo tres mensajes sin leer de Fede en face, es el único real. Les cuento un poco. Fede tiene un año más que yo, 16. Nos hablamos desde hace casi un mes en que nos conocimos en un grupo de música de face, a los dos nos gusta la misma banda. Vive igual que yo la frustración de la estupidez anacrónica de los adultos y de los compañeros de su escuela que está cerca de la mía. Se ve que es igual en todas. Con él puedo hablar de todo, de música —¡por supuesto!—, también vemos las mismas series y tenemos los mismos seguidos en instagram, compartimos chistes y chats. Hasta a veces pasa qué como vive cerca conoce los mismos negocios en el centro. Pero aún no nos cruzamos.

Mañana, mañana.

Ahora tarea, la cena insípida con los comentarios nulos de mis padres, el noticiero que no hace más que dar malas noticias que no le interesan a nadie, el programa de baile para pajeros.
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Me voy a dormir.

Mañana.


11/10

Hoy lo voy a conocer, ¡finalmente! Nos vamos a encontrar en la plaza a dos cuadras de mi escuela, media hora después de la salida de clase. No quiero que nadie en el colegio sepa de él. Es un lugar tranquilo, no pasa nadie.
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El diario queda guardado en el cajón de la mesa de luz. Lo encuentra la policía treinta y seis horas más tarde de la desaparición. 




viernes, 12 de octubre de 2018

Distopía


En el el orden perfecto, la colaboración no es una virtud, sino un axioma; el secreto es algo imposible. Entonces ¿cómo fue posible ocultar el hallazgo y el conocimiento que reportaba el mismo? ¿Quién escapó de someterse a Tlön, creando desorden en el propio orden universal?

Era totalmente invisible o acaso, inalcanzable. ¿Cómo fue posible? Utilizaron fuerzas que desconocían, o que nosotros pensamos desconocían. Debió ser magia para El Pueblo, porque la alternativa de que supieran lo que en realidad era la utilización del magnetismo de la tierra de esa forma sólo sería el amanecer de nuestras peores pesadillas. La información se encontró gracias a esas fuerzas innombradas y se transmitió bajo tierra hacia un lugar desconocido. ¿Sabe el propio Tlön cómo lo lograron? Ahora sabemos que está enterrada en alguna parte, puede ser una máquina, un líquido, una vasija con un pergamino oculto dentro de ella, pero el propio hallazgo del conocimiento es el secreto ¿Quién conoce la localización exacta? ¿Quien arañó la piedra con runas que hoy son develadas, que nos muestran el preludio del más profundo misterio? haya sido quien haya sido, ese fue su último mensaje. Una placa de acero, encontrada en la cripta de la excavación arqueológica de la tumba de una civilización que no conocía el acero, mucho menos la comunicación radio magnética, y que informa de otro descubrimiento, acaso mas importante, oculto en un punto sin determinar bajo tierra. Diecisiete kilos de huesos están a su alrededor, alguna vez fueron un cuerpo, el que grabó el acero, el creador de la pesadilla, quizás. Es necesario saber donde re-descubrir el hallazgo, la clave de ese olvidado conocimiento que es una amenaza velada, la X del imaginario mapa que sacude nuestras creencias y nuestro orden establecido. El conocimiento de que no somos quienes creemos ser.