jueves, 28 de enero de 2016

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Indecisión, indiferencia, inconstancia.
No, ninguna de esas es la palabra. Impaciencia, inseguridad. Tampoco.
¿Cómo se dice cuando alguien te escribe con las frases llenas de corazones, cuando te habla con la voz llena de sonrisas, y al día siguiente ni un llamado, ni una letra, ni un contacto?
¿Cómo se dice cuando comparte con vos una película, un libro o una canción. O creés que es para vos, que lo comparte porque le interesás, pero cuando la película  no la ve contigo, ni comenta el libro, ni canta la canción juntos?
Cuando un día es un abrazo, y al siguiente un silencio.

No sé me ocurre cual es la palabra para esto, pero empiezo a estar seguro que no es amor.


martes, 26 de enero de 2016

Carta Astral


Leo en el diario: se alinearon lo planetas. Se podrán ver a simple vista antes del amanecer una alineación de cinco planetas, visibles en el cielo justo por debajo de la línea de la luna. Aclara -por suerte-, que no se va a acabar el mundo.
Cuantas veces cuando queremos algo, decimos:- "Necesito que se me alineen los planetas". A ver, investiguemos, los planetas son:
Júpiter, el mayor del sistema, el que rige a los dioses; Marte, el más parecido a la Tierra, dios de la guerra; Mercurio, el más pequeño y cercano al sol, el dios más veloz, mensajero de los dioses, relacionado al comercio; Saturno, el planeta más casamentero si se tiene en cuenta los anillos, pero en realidad representa a Cronos, padre de Júpiter y dios del tiempo; y último, pero no menos importante, Venus, la diosa del amor.
Así que es el momento de acabar las guerras y discusiones, de volver a establecer comunicación con quien rige nuestra vida, puede que finalmente sea tiempo del amor.
Lo único malo de esto,  es que no creo en la astrología.

viernes, 15 de enero de 2016

Siempre



Dijo el enamorado:-  Puede que te quiera para siempre, pero eso no significa que te vaya a esperar para siempre.

Redes Sociales



No contestó mi mail. Y tampoco a mi comentario de Whatsapp, y eso que veo que ayer estuvo Online hasta las 3:42 a.m., lo vi en la pantalla del celu. Y sí, su nueva foto en Facebook rápidamente obtuvo 42 Me gusta. Y sigue sumando. Pero no contestó mi mensaje. 
Y sé que estuvo conectada hoy, hace un rato retwiteo una nota del diario, además de la foto selfie del Face. Y claro, su ‘amigo’ la comentó, y a él le contestó.   Pero no contestó mi mensaje. 
También agregó dos temas románticos a su playlist en Youtube.
¡Un momento! Tiene una nueva foto en Instagram, con el nuevo corte de pelo, así que es reciente. No es selfie, esta foto se la sacó alguien, desde lejos. Y va muy producida para ir al trabajo. Y nunca contestó mi mensaje. 
Ni me conoce personalmente, y ya me está traicionando en las redes sociales.

miércoles, 13 de enero de 2016

Noche




Oscurece, el sueño es esquivo. Cena, sillón, película, la rutina diaria aún después de un día cansador. El cansancio se siente, pero el 

sueño no, apago las luces: quedan las dos pantallas, la boba y la activa. Arranco apagando la boba, y el sonido. Queda el resplandor del silencio, las luces de afuera apenas marcan las cortinas y un cono de luz fluorescente enmarca el insomnio. Un té, mejor que un café. No me quiero dejar atrapar por la tentación fluorescente, pero casi no tuve tiempo en el día para mí, para hacer algo de lo que me gusta. De todas formas  ya es tarde, si no duermo ahora pierdo una hora de sueño, y con menos de 6 horas realmente no rindo, ni me hace bien. Apago el monitor, la cpu ronronea y su rayo de luz azul se interrumpe. Ahora si, es hora. Apago el ventilador, me preparo a acostarme, pongo el teléfono a cargar, apago la luz. Y la luz del mensaje titila en el celular, un brillo oculto por la tapa que se hace visible al apagar la luz. Un mensaje. No resisto la tentación, lo miro, leo, escribo, lo respondo. Otro mensaje. Cierro el celular. Me gustaría apagar mi mente y mis pensamientos tan fácil como apagué la luz.

jueves, 7 de enero de 2016

Besos de miel, besos de hiel




Un beso que es la ilusión de un beso, el beso perfecto, sus brazos sobre mis hombros, una mirada y su boca que se aprieta contra mis labios, suave, sus labios tibios, acariciantes, su cuerpo concavo y convexo contra el mío; el abrazo que se estrecha, los labios entreabiertos, la lengua tímida, ansiosa, imperiosa, juguetona, sensual; los cuerpos que se encuentran en caricias sin separar los labios, abusando del espacio del otro, y deseándolo. Siempre el mejor beso es el actual, y el próximo. Un beso que es más que el primer beso y es como un primer beso, y es un primer beso, todo en uno. La mirada que se encuentra, se esconde en ojos que se cierran, se ilumina en un reflejo de amor o de sol, y se empaña con lágrimas de ternura.
Besos que se transforman en caricias, caricias que se transforman en llamas. Llamas que nos abrazan y nos abrasan, desde un beso, foco y epicentro de un incendio.

Un beso que fue el último beso, un beso robado, violento, desesperado, confundido. Los cuerpos lejos, ajena la mirada, la boca se cierra y surgen palabras duras, hirientes, un beso que se transforma en dolor y en silencio, en lágrimas de pérdida, en un abrazo en que solamente son brazos cruzados sobre el pecho en negativa, la ternura que encuentra al odio y el incendio  que se consume y en los labios queda un gusto a cenizas, que llegan al alma.

Dos besos distintos.