domingo, 1 de febrero de 2015

Los agentes del destino


Los Grandes Sabios Creadores se encontraron en un dilema. Manejaban el tiempo, podían ver el futuro, podían modificar una acción en un momento del pasado para lograr crear un futuro mejor, ser agentes del destino. Y quizás decirle a la gente esto, o no. O erigirse en entes superiores, olímpicos y perfectos. O seguir el curso de una vida y darle las pistan necesarias para transformarlo en un redentor. O no contar nada y dejar que las personas formen logias, detecten pistas, hagan teorías acerca de los déjà vu (estos sí son cambios en el futuro, y no pudieron disimularlos de otra forma). O podían ser exactos y perfectos y que nadie supiera nunca nada arreglando cada error en cada cambio con un nuevo cambio hasta el infinito, para...
Los Grandes Sabios Creadores no lo hicieron por pereza. Solamente por sabiduría. Escondieron el saber en libros y películas, esos momentos de genio que llamamos inspiración no es mas que un segundo en que una puerta en el universo se abre y nos deja verlo completo. No fueron agentes del destino perfectos, no escondieron todas las pistas, nos dieron la capacidad de dudar.
Y si, hicieron una película.

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