miércoles, 22 de mayo de 2019

Amor y café



Se vieron de refilón una mañana, ella saliendo del ascensor, él entrando. 
Ella madura, muy elegante, un look de oficina muy sexy y formal perfecto para cualquier ocasión, que encantaba a todos. Él, hombre mayor, de buena estampa, con el bolso con los materiales para cargar la máquina expendedora de la oficina. Por un momento, en la puerta del ascensor compitieron los perfumes a café y a rosas. 
El siguió su viaje hacia el siguiente piso, en el séptimo había máquina expendedora de capuchinos. Ella antes de sentarse en su escritorio, se preparó en la máquina recién cargada una taza de café.

Al día siguiente una nota adornaba la tapa superior de la máquina expendedora del sexto piso, escrita con una exquisita caligrafía Shelley Allegro de 36 puntos del Word:
Estimado encargado de la máquina de café, después de la última revisión de la máquina varios somos los que coincidimos en que el café esta saliendo muy claro, sin gusto. ¿Habrá forma de lograr hacerlo más intenso?
Se lo pediría personalmente, pero lo hago en esta nota ya que llego algo tarde, y nunca lo encuentro.
Muchas gracias..!!!
Alexandra

Posterior al día del primer encuentro fui a prepararme un cortado, y encontré un nuevo mensaje —este sin firma—, también pegado en la parte de adelante y por encima de los botones de la máquina:

El señor de la máquina de café vino hoy temprano por la mañana y me pide que informe que él no tiene problema, pero que los cafés van a ser más cortitos porque para hacerlos más intensos tiene que disminuir la cantidad de agua, ya que el filtro tiene un tamaño fijo. Pero que sí les parece bien, no hay problema. 
Y aclaró: Pruebe si le gusta, a su servicio

Los que nos quedamos hasta tarde, y frecuentamos la máquina de café, encontramos la respuesta pegada donde siempre, esta vez con una tipografía más tradicional:
Estimado señor del café:
Muchas gracias por comprender y hacer realidad mi sugerencia. Ahora cuando cierro los ojos saboreo un café mucho más razonable y créame que no importa sí es un poquito más corto, el sabor lo amerita.
Gracias por su buena onda, usted es un copado..!!!
Atentos saludos, Alexandra

Al día siguiente ella llegó más temprano que de costumbre. Él dejó el sexto piso para el final. Alexandra fue a lavar la taza a la pequeña cocina, en donde él estaba lavando el filtro de la máquina. 
Nuevamente, el perfume de rosas y café se mezclaron, compitiendo entre ellos. 
Al parecer ganaron ambos.


Y el café sale corto, pero bueno.


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