sábado, 19 de marzo de 2016

Recuerdos


(Una historia antigua, de hace mucho tiempo. Por eso son sólo recuerdos de recuerdos)


Caminaba la tarde. La llovizna de la mañana había lavado las veredas y las casas, los parques y los árboles. Caminaba la tarde con el sol de frente, con los ojos entrecerrados que dibujaban fantasmas de luz y sombra sobre mis pupilas. Caminaba la tarde, en silencio.

Mis pensamientos se perdían más allá de los mares, en países lejanos mientras cruzaba la plaza entre árboles que brillaban entre miríadas de gotas de primavera cuando te veo viniendo hacia mi, un recuerdo ausente y siempre presente hecho real aquí y ahora, pasando a mi lado sin verme, mientras mi boca cerrada de silencio se abría de asombro y moría de palabras. Pasaste a mi lado envuelta en el silencio de tus pensamientos mientras me dejabas parado, con la vista fija en vos que te alejabas otros doce años, sin verme, el corazón detenido entre dos latidos eternos mientras mi mirada te persigue sabiendo que no se pueden alcanzar los recuerdos con sólo mirarlos. 
Pasa el primer momento, el corazón vuelve a latir, te sigo, no sólo con la mirada, te alcanzo, tu nombre inunda mi boca en una pregunta contestada, sé que sos vos, a pesar del tiempo  donde los ojos pueden equivocarse no puede equivocarse el corazón , entonces tu voz:
:— Hola..., y mi nombre, que había olvidado en tanto tiempo, en doce años, hasta que volviste a pronunciarlo. Muchas personas me habían llamado en ese tiempo, habían dicho mi nombre; pero sólo vos podes pronunciar mi nombre con tu voz y hacerlo nuestro.
Me acerque en el silencio de mi sonrisa de niño-viejo, me acerqué guiado por la luz de tu mirada en el faro de tus ojos grandes y obscuros, que me guían ente tormentas de tristezas pasadas durante doce años, y al momento de besarte en la mejilla el perfume de tu piel me lleva de viaje a una primavera pasada, a la magia de octubre caminando por las veredas después de la lluvia, perfume de tu piel, de tu pelo, perfume de tiempo de adolescencia, de miles de sueños e ilusiones no cumplidos, y con vos.

Murmuré un saludo sin palabras, mientras cambiaba mi rumbo acomodando mis pasos a los tuyos, volver a caminar a tu lado, hablando de pasado y presente y retrocediendo un día a cada paso, y año en cada cuadra, mirándote a los ojos, sin poder apartarme de tu mirada, y volviendo a sentir mi corazón y mi alma limpia, con el regreso de tu voz –única y maravillosa como vos , de mirarte pestañear, ver tus labios mientras hablamos de proyectos no compartidos pero no perdidos, cada paso hasta tu casa, como aquella otra tarde, despertando viejas palabras, antiguos momentos dormidos, y sueños rotos de olvido. Doce cuadras de vos, y al llegar a la puerta de tu casa, retrocediendo entre recuerdos de mi vida, fue la misma tarde de hace doce años, en la que aprendí un significado –Tiene muchos, todos distintos , nuestro significado de la palabra amor; lo redescubro ahora, en mi corazón vaciado de penas y desengaños por tu mirada, ahora, como cuando estaba vacío y nuevo, y se estreno esta tarde, esperanzado, mientras la puerta se cerraba, el tiempo volvía y su verdad transcurría y regresaba, en el abandonado y duro silencio de una puerta cerrada, antiguas ilusiones de una primavera que no fue.

Pablo Brión
Jueves 12 de Diciembre de 2002

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