lunes, 30 de mayo de 2016

Cuánto (cuándo) importan los demás


A quien no es absolutamente egoísta, le importan los demás. Ojo, últimamente se ve mucha gente absolutamente egoísta, por eso la distinción, pero vamos a los casos de 'gente civilizada' que son quienes eligen vivir en una sociedad. Los egoístas viven entre la sociedad, sin forma parte de ella y la sociedad en si no los elige.

Hechas las salvedades previas, tenemos muchos momentos en los que nos importan los demás, pero sobre todo uno: Cuando tenemos algo para compartir. Sea bueno o sea malo, al momento de necesitar contar una noticia, mostrar las fotos de un viaje, hablar de un problema, necesitamos a los demás, a nuestro entorno de amigos, a nuestra familia, novia,  incluso compañeros.
Cuando en esos momentos nos faltan, es cuando sentimos una completa soledad. 
La soledad no se compone por ausencia, sino por falta de presencia, en los momentos en que hace falta estar.

La soledad es el breve espacio en que no estás, decía Pablo Milanes. Yo lo defino de otra forma: la soledad es el momento en que tenés algo para contar, y quien te interesa que lo escuche, no puede, o no le interesa escucharte.

Estar es compartir.
Y los demás importan porque cuando se llega a sentir esa soledad, por tener pocos amigos (y muy ocupados), no tener pareja, tener una familia pequeña o desunida, nos encontramos rodeados de personas poco relevantes y podemos sentirnos solos. No como la soledad emocional de no tener pareja, o la que produce una muerte. Es una soledad de ser excluido.
Y ese sentirnos solos  es en general  un sentimiento molesto de no formar parte de nada, nos hace creer que a nadie le importamos lo suficiente como para compartir un momento con nosotros. Genera tristeza, angustia, apatía. 

Los demás no son nuestra vida, pero son parte de ella. si los momentos de soledad se multiplican hay que salir y hacer algo: son necesarios nuevos proyectos, nuevas relaciones, nuevos amigos (los de facebook, virtuales, no cuentan). La soledad es mala compañía.

Y la soledad también es quien que te envía o responde un whatsapp (con o sin emoticones) o un mensaje en alguna red social, preguntándote como estás, pero cuando le decís:— ¿Tomamos un café y hablamos?, nunca puede, nunca tiene tiempo.
La soledad es pandemia en tiempos de hiperconectividad.

Corolario: Quién te quiere tiene tiempo para verte.

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