martes, 4 de octubre de 2016

Frases del Principito para una relación desesperada



- Te miraré de reojo y tu no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos.

Nos escribimos, nos hablamos, nos encontramos, nos hablamos, nos discutimos, nos ofuscamos,  nos callamos, nos escribimos, nos hablamos, nos quejamos, nos alejamos, nos buscamos, nos hablamos, nos reencontramos, nos malentendemos  y nos perdemos.


- Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos.      

Ella tenía curvas, curvas en el cuerpo y en el pensamiento, inagotables giros, distracciones. La curva de una forma de pensar que dibujada curvas sonrisas . Sus curvas me distraían, y me mantenían interesado. Todas ellas. 


- Los hombres -dijo el Principito- se meten en los rápidos pero no saben dónde van ni lo que quieren. Entonces se agitan y dan vueltas.

Ella buscaba algo. No sabía qué. Él buscaba a alguien. Supo quien apenas la vio. Ella encontró un quien, pero se alejó porque no era el qué, que ella quería.


- Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños porque uno de ellos no se realizó.

Vio apagarse sus sueños, vio perder sus ilusiones. Su corazón herido dejaba escapar los sentimientos sin poderlos retener. Hubo que esperar a que dejara de ver como se desangraba, para poder sonreír. Renunció a sus sueños, y soñó uno mejor.


- Él se enamoró de sus flores y no de sus raíces, y en otoño no supo qué hacer.

:— Todo lo que te importa es mi figura, mi cara —dijo ella.
:— No es así, siempre te valoré por lo que sos — respondió él.
:— Para vos todo es sexo, me llamas hermosa, sexy, nunca me valorás por otra cosa.
:— No nos vemos desde hace años, ¿realmente te parece que insistiría en llamarte solamente porque sos hermosa? Me conoces mucho más que eso.
:— Nunca me preguntas por mi trabajo
:— Nunca te pregunto si nos vemos
:— ¿Por qué nunca me pedís que nos veamos?
:— Porque me dijiste que no.
:— Un no, no es para siempre.
:— La belleza tampoco. Pero el amor puede ser para siempre.


- Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres.

La esperó en la esquina, adonde siempre.
Tardaba, se demoraba, era una costumbre y una decisión.
Habían quedado a las cuatro de la tarde y él había estado listo y pensando desde una hora antes, disfrutando el momento de volver a verla
Eran casi la hora.
Era la hora exacta.
Era más de la hora.
Ella se retrasada, como siempre.
Casi había pasado una hora más, y la felicidad que lo acompañaba desde las tres se había terminado, miraba con gesto huraño el reloj, que había dibujado una media sonrisa hacía una hora con sus agujas, y ahora dibujaba una mueca triste. Las cuatro menos veinte. 
Su teléfono sonó, era ella, avisando que iba a tardar un ratito.
La felicidad había llegado y se había ido, ahora sólo quedaba la espera.




Todas las frases que prologan y forman cada mini historia son del libro El Principito, Antoine de Saint-Exupéry, 



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