miércoles, 13 de abril de 2016

Tardé demasiado



Solo estas cosas lamento ahora: cosas que quedaron sin ser dichas.
Neil Gaiman, Sandman, "The Wake"

Tardé demasiado.
Tardé demasiado en poder escribir, en poder tratar de expresar lo que había pasado.
Tardé demasiado en darme cuenta, también, que era estúpido insistir en algo que no existía.
Es que fue mucho tiempo. Trece años de sueños de amor que en algún momento incluso se hicieron realidad.
Muchas esperanzas, las peores decepciones.
Ser la persona mas feliz del mundo, o perder el alma. Ser el mejor, iluminado por el amor; ser invencible y caer, hundirme hasta llegar a mi peor momento, llegar a una obsesión de no poder vivir o sentir nada más por nadie, costarme años y paciencia poder salir. Poder volver a sonreír.
Años, paciencia y ayuda. Hubo ayuda, unas pocas personas que estuvieron siempre y me sujetaron cuando me hundía, cuando no valía la pena seguir viviendo. Pero una vez que estaba un poco mejor, que veía la chance de estar bien realmente de nuevo,  volví a insistir en una ilusión. 
La misma.
Y fue eso, una ilusión. Hubiera sido lindo que fuera verdad. Hasta que me di cuenta que no.
Es difícil darse cuenta cuando amas de verdad, que el otro no lo siente. Duele aceptarlo, duele creerlo. Es una decepción que te arranca la chance de poder volver a creer.  Me lo recordaron en estos días, por eso lo escribo. 
Es difícil darse cuenta cuando amas de verdad, cuando apostás todo por alguien,  que el otro no te valora. Que es indiferente, que no le importás, que no le interesa siquiera hacer un momento para verte. No ve cuanto te importa, o peor,  no le interesa.
Y si el amor no es de a dos, no sirve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario