domingo, 21 de febrero de 2016

Quien





Como una máquina del tiempo, días antes del mediático y comercial 14 de febrero, me enviaron algo que ya había escrito en un blog anterior un 14 de febrero... pero del 2000. Sorprende lo poco que los sentimientos en una persona cambian, si bien cambia a quien van dirigidos.

Este texto salió al aire en radio, en un programa de medianoche por Mitre, si mal no recuerdo, previa llamada para pedirme permiso. Así que acá está, sin cambios, 16 años más tarde... y una semana.


¿Quién alguna vez no sufrió por amor? 
¿Quién no esperó en un dia de San Valentín un llamado tan deseado como un rayo de sol, en una tarde obscura? 
¿Quién no soñó volver a encontrar, o encontrar alguna vez, ese amor verdadero que nos haga sentir que estamos vivos en esta vida y que los sueños no son solo sueños, no las ilusiones un deseo lejano? 
¿Quién no esperó una carta, un mail, una palabra. Quién no sintió en un soplo de viento el susurro añorado de una palabra dulce apenas sugerida? 
¿Quién no piensa en encontrar esa persona que nos haga vivir, por primera vez, o nuevamente? 
¿Quién no atardeció en un llanto frío una noche de invierno por un amor desencontrado? 
¿Quién no desesperó en alcanzar ese amor verdadero, el que cuentan las historias de príncipes, princesas y países lejanos? 
¿Quién, en un amanecer rojo, no sintió teñirse sus mejillas por un beso sentido a la orilla del mar, cuando una gaviota, remontando el vuelo, gritó a todo el mundo que estamos enamorados? 
¿Quién no se abismó pensativo en una tarde de lluvia, en creer o no creer que el amor existe, es, y puede ser alcanzado? 
¿Quién no soñó en compartir, quién no compartió esperanza, quién no esperó dar, quién no dió amor, quién no pudo amar? 
¿Quién no amó a alguien sabiendo que el amor es peligroso, que el amor es hermoso, que el amor duele y que el amor es felicidad? 
¿Quién no creyó, después de haber alcanzado la felicidad, que no existía una nueva oportunidad al perder esa felicidad alcanzada?. ¿Quién no se equivocó entonces, descubriendo luego, y a veces tarde, que siempre existe otra oportunidad para amar, que el amor no es egoísta y que siempre se encuentra otra vez? 
¿Quién? 

Porque quien no encuentre la respuesta a esta pregunta en si mismo, puede que haya perdido entonces, el camino del Amor. 

14 de febrero del 2000.-


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