miércoles, 8 de abril de 2015

Ventana indiscreta



Entra a facebook. No le gusta, pero no puede evitarlo, una droga digital que lo mata lentamente. Entra al perfil de ella, el propio google lo autocompleta cuando empieza a escribirlo, como quien trae una copa de cicuta. La tecnología al servicio de la autoflagelación. Hoy no hay cambios, pero ayer puso una nueva foto. No se le ve el brazo, pudo ser una selfie, o puede ser que alguien se la haya sacado, no puede calcular la distancia, ella siempre fue excelente para las selfies, antes que se popularizaran y se hicieran moda. Está bella, mas que la última vez que la vio. Se pregunta mil veces: ¿por que la foto después de meses sin publicar? ¿Es su narcisismo de siempre? Fantasea con la idea de una fantasía perdida.

¿Alguien se la habrá sacado? ¿Se está mostrando a alguien? Revisa en los Me gusta para ver quien le hizo click. Familia, amigas. Un flaco. Entra al perfil, fotos haciéndose el fachero, tienen fecha de un año atrás en la foto pero la publicación es reciente, del último mes. Él también se está mostrando. Entre los comentarios hay una chica, no es ella. Los amigos lo gastan por la pose. Mira en el Me gusta de las fotos de él... ella no está en la lista, por ahí no lo vio, o ni lo conoce. Pero nunca acepta a los desconocidos. ¡Y está tan bella en la foto! En ese lugar que él odia, y ella sonriendo y sexy en la foto, mostrando su alegría, mostrando su mirada, su sonrisa. 
Cierra la ventana del explorador devastado, la vida no tiene sentido.
Facebook no miente.

Face nos invita a ver al otro en su mejor momento, en el momento de goce pleno: el Otro casi siempre sonríe, es feliz, gana algo, ama a alguien, come algo rico, es linda, tiene buenas curvas. O es lindo, exitoso, está de vacaciones en un lugar genial, tiene buen auto, se lo ve de traje formal, serio y ganador o con bermudas en la playa mostrando físico de gimnasio, hábilmente photoshopeado en algunos casos, o casi a punto de morir de asfixia por mantener la respiración en otros. Lo imaginado -imaginario- y el concepto del otro, diría Lacan, en su mas clara expresión.

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